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sábado, 26 de marzo de 2011

Nuestros escritores nos leen los fragmentos de sus grandes obras: Canto XLV "Con la Usura" por Ezra Pound.




En esta nueva sección del Taller Literario La Colmena, "Nuestros escritores nos leen los fragmentos de sus grandes obras", tenemos el agrado de presentar al gran poeta y pensador norteamericano Ezra Pound. Aquí nos lee el famoso Canto XLV "Con la Usura" de su inmortal obra "Cantares". Una melancólica crítica al sistema económico que mancha la pureza...

Taller Literario La Colmena 

domingo, 20 de marzo de 2011

Pequeños fragmentos, grandes obras: Marcel Proust


En esta nueva sección que inauguramos hoy "Pequeños fragmentos, grandes obras", tenemos el agrado de presentarles a Marcel Proust, quien ya nos acompañó en "la frase de la semana" y "La Música y El Escritor". Aquí presentamos un exquisito fragmento de "El Tiempo Recobrado" de su obra inmortal "En Busca del Tiempo Perdido" y, que me voy a atrever a subtitular "Lo que yo quería escribir", así comienza este párrafo sobre el destino que, sin darse mucha cuenta, se va trazando un escritor. El texto no tiene desperdicio, ni siquiera la última coma...

Taller Literario La Colmena                                                    


Lo que yo quería escribir era otra cosa, otra cosa más larga y para más de una persona.
Más larga de escribir. Por el día, lo más que podía hacer era intentar dormir. Si trabajaba,
sería sólo de noche. Pero necesitaría muchas noches, quizá cien, acaso mil. Y viviría con
la ansiedad de no saber si el Árbitro de mi destino, menos indulgente que el sultán
Sheriar, por la mañana, cuando interrumpiera mi relato, se dignaría aplazar la ejecución
de mi sentencia de muerte y permitirme continuarlo la próxima noche. No es que yo
pretendiese volver a hacer, en ningún aspecto, Las mil y una noches, ni tampoco las
Memorias de Saint-Simon, escritas las dos también de noche, ni ninguno de los libros que
me gustaban en mi inocencia de niño, supersticiosamente apegado a ellos, mis amores, no
pudiendo imaginar sin horror una obra diferente de ellos. Pero, como Elstir Chardin, sólo
renunciando a ello se puede rehacer lo que se ama. Sería un libro tan largo como Las mil y una noches, pero muy diferente. Desde luego, cuando estamos enamorados de una
obra quisiéramos hacer algo muy parecido, pero tenemos que sacrificar nuestro amor del
momento, no pensar en nuestro gusto, sino en una verdad que no nos pregunta nuestras
preferencias y nos prohíbe pensar en ellas. Y solamente siguiendo esta verdad se
encuentra a veces lo que se ha abandonado y se escribe, olvidándolos, los «Cuentos
árabes» o las «Memorias de Saint-Simon» de otra época. Pero ¿me quedaría tiempo? ¿No
sería demasiado tarde?

No me decía sólo: «¿Me quedará tiempo?», sino: «¿Puedo hacerlo?» La enfermedad,
que, como un inexorable director de conciencia, me hacía morir para el mundo, me hizo
un servicio («pues si la semilla del trigo no muere una vez sembrada, quedará sola, pero
si muere dará muchos frutos»): la enfermedad que, después de haberme protegido la
pereza contra la facilidad, iba quizá a protegerme contra la pereza, la enfermedad había
gastado mis fuerzas y, como había observado desde hacía tiempo, especialmente cuando
dejé de amar a Albertina, las fuerzas de mi memoria. Ahora bien, la recreación por la
memoria de las impresiones en las que luego había que profundizar, que había que
esclarecer, que transformar en equivalentes de inteligencia, ¿no era acaso una de las
condiciones, casi la esencia misma de la obra de arte tal como la concibiera un momento
antes en la biblioteca? ¡Ah, si yo tuviera todavía las fuerzas que estaban aún intactas en la
fiesta que entonces evoqué al ver François le Champi!De aquella fiesta, donde mi madre
abdicó, databa, con la muerte lenta de mi abuela, la declinación de mi voluntad, de mi
salud. Todo se decidió en el momento en que no pudiendo ya soportar la espera hasta el
día siguiente para posar los labios en el rostro de mi madre, me decidí, salté de la cama y,
en camisón, me fui a instalar a la ventana por donde entraba la luz de la luna hasta que oí
marcharse a monsieur Swann. Mis padres le habían acompañado, oí abrirse la puerta del
jardín, sonar la campanilla, volver a cerrarse...

Entonces pensé de pronto que si tenía aún fuerzas para realizar mi obra, aquella fiesta
que -como antaño en Combray ciertos días que influyeron sobre mí- me dio, hoy mismo,
a la vez la idea de mi obra y el miedo de no poder realizarla, marcaría ciertamente ante
todo en ésta la forma que antaño presentí en la iglesia de Combray, y que, habitualmente,
nos es invisible, la del Tiempo.

sábado, 19 de marzo de 2011

Palabras de escritores: Alejo carpentier



Este fin de semana en Palabras de escritores, tenemos el agrado de presentar una entrevista completa al gran escritor cubano Alejo Carpentier conocido por haber divulgado el estilo barroco en la literatura a través de novelas esenciales como "Los Pasos Perdidos" y "El Siglo de las luces". El periodista es Joaquín Soler Serrano para la TVE en 1977 en un diálogo imperdible para cualquier aspirante a escribir literatura.

Taller Literario La Colmena 

miércoles, 16 de marzo de 2011

Palabras de escritores: Juan Rulfo



Esta semana en Palabras de escritores, no acompaña el escritor mexicano Juan Rulfo. Probablemente uno de los mayores escritores latinoamericanos de todos los tiempos con la particularidad de haber sólo publicado dos obras, lo que define su grandeza. En este fragmento de la entrevista realizada en 1977 para la TVE por el periodista Joaquín Soler Serrano, Juan Rulfo se explaya sobre la descripción, la economía de palabras, sus oficios y la destrucción de su primer intento como autor.

                                                                                       Taller Literario La Colmena 

sábado, 5 de marzo de 2011

La Música y el Escritor: Marcel Proust


http://www.youtube.com/watch?v=Z7stdHT7Ytk

Hoy inauguramos una nueva sección titulada: La Música y El Escritor.Entonces,aprovechando la ocasión que, en nuestra página, tenemos a Marcel Proust en la frase de la semana, hoy nos ocuparemos de la música que fue tan fundamental en su obra cumbre "En Busca del Tiempo Perdido" En esta hermosa escena de la película "El Tiempo Recobrado" de Raúl Ruiz. Marcel Proust, interpretado magníficamente por Marcello Mazzarella, recuerda a través de la frase musical de la sonata de Vinteuil una conversación casual con Albertine sobre los celos, pero a través que la música fluye en la escena, nos damos cuenta cómo su sensibilidad une el pasado más remoto con el presente y cómo una discusión que, tal vez en su momento no había tenido tal magnitud, se convierte en el epicentro dramático cuando, durante el concierto, Marcel Proust rompe en llanto.... ¿Qué significa esa repentina emoción? ¿A qué se debe su causa? ¿Es el recuerdo un acto doloroso?

Os propongo una consigna muy simple....Que oigáis la música y que entonces escribáis un recuerdo concreto que les depare su escucha. Si queréis, podéis enviarme el ejercicio al siguiente correo electrónico: jupien@hotmail.com y lo debatimos.

Hacer click en el link debajo de la foto para ver el vídeo con la música....

Taller Literario La Colmena