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sábado, 20 de agosto de 2011

Shakespeare: Análisis de las escenas lX-XV de Hamlet



Esta nueva sección del Taller Literario La Colmena se titula simplemente "Shakespeare" y va a estar dedicado a las obras del autor inglés, su influencia en la literatura contemporánea, en los lectores y en nuestra propia y humilde obra literaria...Como introducción sólo comentaré que William Shakespeare es uno de los grandes genios de la literatura universal y, según mi opinión personal, el más grande, inclusive superando a Miguel de Cervantes y a los clásicos griegos en quienes se apoyó para escribir sus obras más memorables. Sin embargo, como advertí, sólo se trata de gustos y nada más; en realidad no hay diferencias discutibles entre Dante y Shakespeare o Aristofanes y Milton, cada palabra que escribieron fue pilar fundamental para erguir esa faraónica pirámide llamada "literatura". Pero de todos los genios que, hasta ahora, nos ha ofrecido la historia de la literatura,probablemente, Shakespeare haya sido el más controversial por los pocos datos que se tienen sobre su vida personal y, porque como ningún otro artista,ha encarnado a la perfección la figura del genio. Definiría como "genio" a la persona que de la nada construye un mundo original y único que, de alguna manera metafórica, imita la creación del universo. Y Shakespeare fue esa " nada" que, inclusive, provocó que grandes personalidades de la literatura como Sigmund Freud o Voltaire dudasen de su autoría a favor de Sir Francis Bacon, de su extraordinario talento para crear semejantes obras. ¿Cómo fue posible que un sólo hombre escribiese la frase "Mi reino por un caballo" al final de Ricardo lll o "Ser o no ser, esa es la cuestión" en boca de Hamlet algunos siglos antes que las filosfías existencialistas se debatiesen entre sí? La universalidad de las cosas están garantizadas por su misterio inherente...

En esta primera entrega, vamos a analizar entre todos la escena lX de Hamlet. Como breve introducción añado que esta obra inmortal fue concebida por el autor isabelino entre 1599 y 1601 y que, supuestamente, es una reescritura de una obra más antigua titulada Ur-Hamlet, detalle que condimenta aún más su aspecto legendario.

El autor japonés Yukio Mishima afirmaba que un buen escritor debía balancear entre su vida intelectual y social, que no podía encerrarse en sí mismo y no salir de su cascarón. Debía entender la ardua tarea de escribir como un simple y humilde trabajo, como otros eran carpinteros o pescadores, también estaban los escritores y no debía porqué haber diferencias entre esos oficios. Muchas de sus ideas las compartió con sus discípulos de tantokai, su pequeño ejército que veneraba al emperador y con quien encontró la muerte el 25 de noviembre de 1972 a través del rito samurai de seppuku después del fallido golpe en los cuarteles del ejército japonés. Pareció que, ese equilibrio entre la ficción y la realidad, lo intelectual y lo factible, no pudo llevarse a cabo; como si la búsqueda de esa perfección llevase inevitablemente a la destrucción.

Tal vez se podría afirmar que el escritor es un neurótico, una persona sensible, aunque a su vez desquiciada, que busca la atención del resto para decir "algo" que sólo él conoce y nadie más que él, pero que, a su vez, es un secreto que debe compartir con el resto; como si la materialidad de la ficción fuese la resolución de un crimen: aquí vengo yo con la verdad absoluta...Yo, sólo yo la sé...

En 1434 el pintor flamenco Jan Van Eyck había pintado el famoso cuadro "El Retrato de Giovanni Arnolfini y su esposa" donde el pintor se sitúa dentro de la escena con su firma "Aquí estuvo Jan Van Eyck" al lado del pequeño espejo que refleja la pintura retratada. La historia representada dentro de la historia. En la escena lX, Shakespare hace algo similar al incluir una representación teatral escrita por el propio Hamlet dentro de la misma obra y que representa la traición del rey Claudio que tanto obsesiona a Hamlet y que es, a su vez, el núcleo de la obra. Esta escena sucede después de que Hamlet dice su famoso monólogo "Ser o no ser" y, salvo, su inseparable Horacio (una especie de Sancho Panza; se podría decir que detrás de todo gran loco hay un gran servidor), pocos le creen, sea, en el caso de Claudio porque sabe la verdad o de Polonio por ambiciones personales. Es muy difícil imaginar si Shakespeare, con esta escena en particular,quiso exponer una crítica al "artista incomprendido" o inclusive una sátira a esa persona que finge locura para decir una verdad que nadie conoce y que, sin la ayuda de la ficción no se atreve a divulgar. Se me viene a la cabeza el recurrente sueño de Franz Kafka donde se encontraba ante una multitud a la que debía dirigirse; esa metáfora onírica sobre la que sería su fin en el mundo; cómo se ha multiplicado esa multitud y su discurso a través de los años.

Hamlet le dice a Horacio: Una de sus escenas contiene circunstancias muy parecidas a las de la muerte de mi padre...Le pide que observe a Claudio y que, después, juntos juzgarán lo que han visto. Sólo podemos escribir sobre lo que conocemos o, al menos cierta literatura, se construye a través de las experiencias que hemos vivido, de los crímenes que hemos sido testigos a lo largo de nuestra existencia, de una verdad determinada que nos ha perseguido como un fantasma a través de infinitos días y, cuya obsesión, ha terminado por construir una obra. Hamlet le dice a Horacio: Ya vienen los reyes a la función, yo vuelvo a fingir mi locura y tú busca asiento...En una frase, el genial Shakespeare define el autor (finge su locura para crear), la obra (la prueba de la verdad) y tú (el lector)

Hamlet le dice a Ofelia: Ahora lo sabremos por lo que nos diga ese actor, los cómicos no pueden callar un secreto,todo lo cuentan... Otra definición grandiosa sobre el fin de un personaje que representa lo que dicta nuestro espíritu; esa verdad simple, pero a su vez, tan compleja de decir. Debemos construir personajes comprometidos con la historia, firmes; cuya moral sea una extensión de nuestro brazo.

Ofelia le pregunta a Hamlet qué significa esta escena y, a su vez, Hamlet le pregunta si puede sentarse sobre sus rodillas o apoyar su cabeza en ellas ante la primera negativa, ya que no quiere sentarse junto a su madre, a quien luego también le pregunta qué le va pareciendo la obra. La ironía recorre toda la escena de principio a fin y "ese sugestivo juego de preguntas y respuestas" hablan en lugar de los sentimientos que Hamlet tiene por Ofelia, que ella tiene por el príncipe y por los sentimientos que el hijo tiene por su madre casada con el asesino de su padre. Pobre Freud, ahora reconozco su envidia al desconocer la autoria de Shakespeare. Pero muy bien estas preguntas referidas a lo que están viendo, se podrían traducir en lo que realmente significan: Hamlet, ¿lo que dices es porque realmente no me quieres?...Ofelia, nadie sabe cuánto te quiero...Mamá, ¿estás orgullosa de mí? Una vez, manifesté mi deseo por conocer lo que pensaba una persona y alguien me contestó que me enteraría de cosas feas. La realidad es dura, despojada y sin metáforas, es más dolorosa que la amputación. ¡Qué difícil es escribir lo que piensa un personaje!, conocer sus contradicciones, sus propósitos reales. Cuando una persona teme a no ser querida, exclama: no sé cómo piensa, no sé lo que siente...Ese mismo interrogante persigue a Ofelia y también, por motivos diferentes, a los otros. Fingir esa locura, hurgar en las profundidades del pensamiento humano para revelar la verdad, le termina costando el amor de Ofelia, ella realmente enloquece y termina suicidándose, mientras que, Hamlet, ante el dolor de haberla perdido, recupera la cordura. Durante el proceso creativo fingimos locura y, en esa batalla interna, muchas veces, nuestros seres queridos se ven afectados y los perdemos. En algún punto, Yukio Mishima tenía razón con su postura;debemos buscar siempre cierto equilibrio entre el tribunal ficticio y el de la vida que realmente juzga; para que, con cada locura fingida, no nos aparte de quienes nos aman. La literatura no sólo son personajes, también las personas que nos acompañan...

Taller Literario La Colmena