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lunes, 14 de febrero de 2011

El cine como punto de partida

Algunas películas nos presentan una historia de la manera tradicional: una introducción, un nudo y un desenlace. Es posible reflexionar sobre la trama, hacerse cuestionamientos, pero si se trata de un argumento cerrado, no dará mucho lugar para la creación.

Sin embargo, existe otro tipo de películas, donde el espectador se ve obligado a hacer interpretaciones, rellenar blancos, imaginar un final u otras variantes. En estos casos, tenemos la invitación a probar nuestras letras. No se trata de un plagio, sólo un ejercicio de creación. Podemos tomar lo "no dicho" en la cinta y escribirlo. O elegir un personaje y desarrollarlo (su biografía, su autobiografía, su futuro luego de esos hechos, etc.). O cambiar algún elemento de la trama que alteraría el resto. Las posibilidades son muchísimas, sólo depende de nuestras ganas y del vuelo de nuestra mente.

Como ejemplo, una película que puede inspirarnos y provocarnos a escribir es "La cinta blanca" del director Michael Haneke. Aquí está el trailer con subtítulos en español y el afiche de su estreno.





Y lo más importante: no habrá ninguna versión "correcta" o "incorrecta", porque todo podría haber sido tal como en nuestro relato, en nuestra propia versión...