Powered By Blogger

lunes, 28 de febrero de 2011

Sobre la Creación Literaria: Derribaré mi imaginación y la reconstruiré en tres días


Cómo intentaba de explicar en el artículo anterior, los escritores, sobre todo, quienes somos nóveles o no contamos con la suficiente experiencia, padecemos una injustificada obsesión con la inspiración y que se desparrama en diferentes puntos, desde el tiempo que me llevó a escribir el cuento o la poesía hasta cuántas correcciones me sumió el texto, como si el hecho de corregir fuese una señal de debilidad; casi se podría compararlo con el plano sexual y deliberar sobre la frecuencia que me acuesto con mi pareja por semana y, lamentablemente, la cantidad o la rapidez, para hablar en el caso de la literatura, no es proporcional a la calidad.

Hay un caso paradigmático en la literatura universal que muy bien nos ayudaría a desentrañar este misterioso tema; se llama Franz Kafka. No sólo en varias biografías, si no que diría que es de dominio público en el ámbito intelectual,cuando se hace referencia a su forma de trabajo y, casi siempre, se cita a su cuento "La Condena" escrito durante una febril noche entre el 22 y el 23 de septiembre de 1912 o las ocho horas que le llevó concluir su cuento "El Juicio" cuando tomó conciencia de que quería ser escritor. No vamos a entrar en detalles sobre su vida privada, sólo destacar que en ese mismo año de 1912 conoció a Felice Bauer, una mujer, que fue determinante en su obra posterior. Pero, por otra parte, si tomamos los diarios del escritor, nos encontramos con un panorama totalmente distinto al del hombre agraciado por la inspiración...En las cientas de páginas se describe a otro, una persona atormentada por la espera, aunque, a su vez, él decía amarla y que le provocaba dicha. Sin embargo, también se preguntaba infinitas veces sobre la inspiración, como si ella, fuese ese castillo inalcanzable de su última novela supuestamente inacabada. Pero, al leer con detención esas memorias, empezamos a darnos cuenta que "La Condena" o cualquier otro relato o novela había convivido en su mente durante años y, probablemente, haya sido esa característica la que le haya dado a él ese aspecto atormentado que todos conocemos.

Antes de la inspiración, se encuentra la convivencia con los personajes, como si fuese un arquitecto que, en su cabeza, va trazando la estructura que esa historia va teniendo. Y, al igual que en toda convivencia, es muy importante la comunicación con ese mundo imaginario que vive dentro nuestro, ocuparse de esos personajes de la misma manera que con nuestra pareja o nuestros hijos. Se debe lograr cierto equilibrio espacial y temporal entre ellos y nosotros, para que entonces la ficción surja y se vuelque naturalmente en el papel; como si fuese un recién nacido.

Esta historia continuará en la próxima entrega...

"Bauer"